Energías renovables
Dentro de las energías renovables podemos distinguir las fuentes renovables tradicionales – biomasa e hidráulica – y las fuentes alternativas que son las que se han desarrollado con mayor vigor en los últimos años: energía eólica, solar y geotérmica.
Estas fuentes han crecido significativamente en los últimos diez años, aunque todavía su aporte en la matriz energética primaria mundial es pequeño. En el año 2015 el 2,8% del consumo mundial de energía fue aportado por las energías eólica, solar y geotérmica.
Estas fuentes de energía aportan el 7% de la generación mundial de electricidad. Mientras que la energía hidroeléctrica genera más del 16% de la energía eléctrica en el mundo.
Sin embargo, su papel es más relevante en algunos países. Dinamarca por ejemplo, posee un 66% de la energía procedente de fuentes renovables, seguido de Portugal con 30%. Entre las economías más grandes de la UE, la cuota de las energías renovables es del 27% en Alemania, 24% en España, y el 23% en Italia y el Reino Unido.
Si bien el potencial de estas fuentes es muy grande, hay algunas restricciones que limitan su desarrollo y ponen en duda el optimismo instalado respecto al verdadero potencial de estas fuentes.
Por un lado, la intermitencia de estas fuentes obliga a que se requiera tener otras fuentes de generación alternativas. Además, si bien el recurso es grande, pero la potencia que puede ser económicamente rentable es considerablemente menor, menos del 10 por ciento de la capacidad teórica en el caso de la energía eólica.
Con la tecnología e infraestructura actual, la generación eléctrica a partir estas fuentes tiene un alcance limitado y el reemplazo de las fuentes tradicionales es un proceso que va a llevar varias décadas, y no es seguro que pueda lograrse.
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