Por Martín Bronstein
El rebrote ocurrido en Europa y Estados Unidos obligó a los países desarrollados a volver a las medidas de confinamiento, impactando directamente en la recuperación económica y, en consecuencia, en la demanda y en los precios del petróleo. Hace tres semanas, tuvieron la caída más pronunciada en tan solo tres días, pasando de US$ 42 a US$ 35.
“Una vacuna sería un tipo de mitigador más importante que los recortes de producción llevados a cabo por la OPEP+. Todavía tenemos la esperanza de que se encuentre la vacuna y que la vacuna o las vacunas se propaguen y, con suerte, se recupere la movilidad en el mundo”. Esto decía el ministro de Energía de Arabia Saudita, el Príncipe Abdulaziz Bin Salman, justo antes del anuncio de Pfizer de su vacuna contra el coronavirus.
Previo a la pandemia, el mundo consumía 100 millones de barriles de petróleo por día con un crecimiento anual promedio de entre 1 y 1,5 millones de barriles anuales. Los precios del crudo se ubicaban entre US$ 60 y 70. Todavía el petróleo es la fuente de energía que mueve al mundo, pero el COVID-19 paró el mundo y el petróleo se derrumbó. Debido al coronavirus, la demanda de crudo se precipitó de los 100 millones a 77 millones diarios (hoy se ubica en 92 millones), y los precios cayeron a menos de US$ 20. Destacando el triste y celebre hito de los precios negativos del crudo en Estados Unidos.
A partir septiembre, parecía que el mundo se encaminaba hacia una lenta y ardua recuperación, los precios del crudo habían encontrado un punto de equilibrio entre los US$ 40 y 45. Sin embargo, el rebrote ocurrido en Europa y Estados Unidos obligó a los países desarrollados a volver a las medidas de confinamiento y distanciamiento social, impactando directamente en la recuperación económica y, en consecuencia, en la demanda y en los precios del petróleo. Hace tan solo tres semanas, tuvieron la caída más pronunciada en tan solo tres días, pasando de US$ 42 a US$ 35.
El laboratorio Pfizer anunció que su vacuna era efectiva en un 90% para la prevención del COVID-19. Esto tuvo un impacto directo en los precios del petróleo que recuperaron las pérdidas de las semanas anteriores. Una vacuna efectiva permitirá retomar el sendero de recuperación económica y, con ella, de la demanda de crudo. Apenas una semana después de que los gigantes farmacéuticos Pfizer y BionTech anunciaran su vacuna, el laboratorio Moderna reveló una cura potencialmente mejor.
Moderna ha informado que su candidata a vacuna contra el coronoavirus, mRNA-1273, ha demostrado tasas de eficacia del 94,5% en las primeras pruebas y se mantiene estable durante un mes entre los 2° y 8° C, o aproximadamente la temperatura estándar de funcionamiento de una heladera cotidiana. Por el contrario, la vacuna de Pfizer necesita una temperatura mucho más fría de -70° C y hasta -78° para ser transportada, lo que podría representar un gran desafío para su extensión alrededor del globo.
No es sorprendente que los precios del petróleo, uno de los sectores más afectados por la pandemia, se hayan disparado desde las noticias de la vacuna de Pfizer, subiendo un 23,4% solo durante la semana pasada y, luego del anuncio de Moderna, haya superado la barrera de los US$ 44.
Pfizer y Moderna no son los únicos laboratorios con vacunas contra el COVID-19. Los laboratorios CureVac, Sanofi y GlaxoSmithKline ‘s, y Johnson & Johnson han anunciado que sus vacunas están en una etapa avanzada y que podrán mantenerse y distribuirse a temperatura moderada, aproximadamente entre los 2° y 8°. Esto está generando un enorme entusiasmo para la industria de la energía. Se espera que las vacunas de Pfizer y Moderna podrían entrar en distribución general en cuestión de semanas. De hecho, se proyecta un amplio acceso a las vacunas para mediados de 2021.
Ante estos anuncios, la OPEP ya salió exultante a pronosticar un aumento para la demanda de su petróleo del 25% para 2021, por encima de los 29,8 millones de bpd, ligeramente por encima de los niveles de 2019. Igualmente, una recuperación sólida de la demanda de crudo podría llevar meses, aunque las vacunas puedan frenar de una vez por todas el avance del coronavirus. La Agencia Internacional de Energía (IEA) ha pronosticado una recuperación en la demanda de petróleo de 5,8 millones de bpd para 2021, 300 mil bpd más que su pronóstico de hace un mes, previo a que Pfizer anunciara su vacuna.
Igualmente la IEA pide cautela ante el renovado optimismo. La agencia asegura que la recuperación del mercado petrolero llevará un “progreso lento” ya que todavía la situación del coronavirus es realmente complicada en los principales países consumidores, a excepción de China. La IEA asume que las vacunas estarán ampliamente disponibles a partir de mediados de 2021, momento en el que la movilidad y la demanda de petróleo “volverán progresivamente a la normalidad”.
Es probable que persista la divergencia de la demanda entre Europa, Norte América y el resto del mundo. “Seguimos asumiendo en nuestra perspectiva que los países tendrán que combatir los resurgimientos esporádicos del virus mediante la implementación de medidas de distanciamiento social”, agregó la IEA. Los puntos más importantes de la demanda siguen centrados en Asia, especialmente China e India. La demanda de petróleo de la India se ha recuperado con fuerza cuando el país del sur de Asia reabrió su economía en octubre.
Otro hecho importante que contribuirá en la evolución de los precios del crudo tiene que ver con la decisión de la OPEP+ (una alianza entre la OPEP y un grupo de países liderados por Rusia) sobre continuar o no con el actual nivel de recortes de producción petrolera, que hoy en día alcanza los 7,7 millones de barriles diarios. El pasado lunes se llevó a cabo la reunión de monitoreo permanente sobre los recortes de la OPEP+ y parecer haber terminado con un apoyo generalizado para extender por tres meses el nivel actual de recortes. A partir de enero, la coalición liderada por Rusia y Arabia Saudita debería reducir los recortes en 2 millones de barriles diarios. La decisión final será tomada en la próxima reunión a desarrollarse entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre próximo. Si la OPEP+ finalmente decide extender el actual acuerdo indudablemente tendrá un impacto positivo en los precios del petróleo.
Fitch, una de las calificadoras de riesgo más importantes del mundo, también observa que el avance de las vacunas contribuirá a la recuperación del precio del petróleo. “Mantenemos una visión alcista en 2021, basada en el supuesto básico de un lanzamiento de una vacuna eficaz en la segunda mitad de 2021 y una recuperación económica global más amplia que respalde un retorno de la demanda de petróleo”, dijeron los analistas de Fitch, señalando, sin embargo, que hay que estar atentos a la evolución de las restricciones en Europa y Estados Unidos. Para el próximo año, Fitch espera que el crudo promedie los US$ 48, aumentando a US$ 50 en 2022
Durante este año, se estima que las renovables crecerán un 7% y no hay ninguna duda que serán las energías del futuro. Sin embargo, hoy en día el petróleo es la fuente de energía que mueve al mundo y todavía es irreemplazable e imprescindible. El 95% del transporte a nivel mundial se mueve con derivados del mismo. Es por esto que es imperante seguir de cerca su evolución. El mundo de la pos-pandemia seguirá, por varias décadas, caminando gracias al petróleo.