Por Victor Bronstein
Es el recurso más importante de nuestras sociedades y resulta imprescindible para la dinámica de nuestra civilización. El petróleo participa con un 35% en la matriz energética mundial, pero lo más significativo es que el 95% del transporte se mueve con derivados de este hidrocarburo. Sin petróleo se para el mundo. Por su parte, el gas participa con un 23% cuyo disponibilidad es fundamental para la industria, los hogares y la generación eléctrica. Hoy, más del 90% de las reservas mundiales están en manos de los estados, pero la producción tiene algunas particularidades y muchos desafíos. Según el informe prospectivo 2013 del Departamento de Energía de los EE UU, el consumo energético mundial crecerá un 56% entre 2010 y 2040. La mayor parte de este aumento del consumo de energía ocurrirá en los países que no forman parte de los llamados países OCDE, o desarrollados, como consecuencia del fuerte crecimiento económico de las economías emergentes, entre las cuales se encuentra nuestro país.
Si bien las energías renovables y la generación nuclear serán las que más crecerán en este período, los combustibles fósiles seguirán siendo las fuentes de energía más importante con una participación de casi el 80% en la matriz energética primaria mundial. En particular, el petróleo pasará de los actuales 91 millones de barriles diarios a 115 mbd y la producción de gas de los 3,2 billones de m³ actuales a 5,3 billones de m³. El problema es que el mundo ha alcanzado su máxima producción de petróleo convencional y los descubrimientos de nuevos yacimientos vienen decayendo año a año desde 1960, cuando se alcanzó el pico de descubrimientos. Los estudios del Departamento de Energía reconocen que no se sabe bien de dónde saldrá el petróleo y el gas que el mundo necesita para su funcionamiento.
Hoy, existen 192 países en el mundo, de los cuales sólo 54 son productores de petróleo y sólo 14 son capaces todavía de poder aumentar su producción de petróleo de acuerdo a sus recursos geológicos. Los recursos no convencionales, como los de Vaca Muerta en nuestro país, han cambiado un poco esta situación, pero no de manera significativa a escala mundial. Además mucho de los países que tienen la capacidad de aumentar su producción, actualmente no son actores importantes. Por ejemplo, Tailandia podría aumentar de 300 mil a 400 mil barriles diarios su producción de crudo, es decir un 33%, pero esta cantidad es insignificante para el mundo.
Es en este contexto que los grandes recursos de petróleo y gas que posee Venezuela se convierten en una cuestión de interés mundial y principalmente para EE UU, que depende del petróleo que importa de ese país. Según Oil & Gas Journal, Venezuela tiene reservas probadas por 211 mil millones de barriles y produce 2,5 millones de barriles diarios. Esta relación entre producción y reservas es baja comparada con otros países. Por ejemplo, Canadá tiene reservas por 173 mil millones de barriles y produce 3,7 millones de bpd; EE UU tiene 20,7 mil millones y produce 10 millones diarios; México 10,2 mil millones y una producción de 2,6 millones; Rusia 80 mil millones y produce 10 millones de bpd.
EE UU y sus aliados europeos necesitan que Venezuela aumente su producción de crudo en función de la gran cantidad de reservas que tiene. Por eso, consideran que el gobierno de Maduro y su política nacionalista son un escollo para lograr este objetivo, el cual necesita abrir el país a las inversiones extranjeras y a las grandes petroleras internacionales. Los EE UU y sus aliados, con distintas excusas, ya invadieron Irak y Libia para asegurarse el petróleo que necesitan. Hoy la situación en Venezuela recuerda estos antecedentes, esperemos que el país hermano no sufra el mismo destino.
Original: http://tiempo.infonews.com/2014/03/16/editorial-120586-el-mundo-necesita-el-petroleo-venezolano.php