Los últimos informes trimestrales de las compañías petroleras más grandes del mundo registraron resultados dispares. Algunas mostraron signos de optimismo a corto plazo, pero varias de ellas han dado a entender algunas tendencias subyacentes preocupantes, que podrían afectar en el largo plazo.
British Petroleum (BP) vio aumentar sus beneficios en más de un 65 por ciento respecto del año anterior, un número muy impresionante. El gigante petrolero británico informó más de 3370 millones de dólares en ganancias en el segundo trimestre, frente a los 2040 millones registrados en el segundo trimestre del 2013. Las ganancias llegaron en gran parte de su participación del 19,75 por ciento en la compañía petrolera rusa Rosneft, que si bien es propiedad del Estado, es la empresa con mejor cotización en el mundo por producción.
Mientras que los activos de BP en Rusia dieron sus frutos durante el año pasado, Rosneft está repentinamente en la mira del mundo occidental, con Estados Unidos y la Unión Europea promoviendo fuertes sanciones dirigidas a dificultar el acceso de Rosfnet a la financiación a largo plazo, y a los equipos de alta tecnología necesarios para la perforación off shore. El precio de las acciones de Rosfnet se redujo luego de las sanciones anunciadas a finales de julio, y aunque su producción no puede verse afectada en el corto plazo, podría enfrentar dificultades para adquirir tecnología, lo que podría bloquear inversiones en nuevos proyectos, reduciendo así la producción a largo plazo de la compañía.
“En Rusia, los acontecimientos geopolíticos recientes han generado crecientes niveles de incertidumbre” advierte Bob Dudley, CEO de BP.
Pero no son solo los acontecimientos geopolíticos en Rusia los únicos motivos de preocupación para los inversores de BP. Los beneficios procedentes de la actual producción de petróleo y gas se redujeron un 8 por ciento, y las operaciones de Downstream también cayeron un 8,1 por ciento. Esto se debe a que la producción de su cartera está disminuyendo. La producción de petróleo y gas en el trimestre promedió 2,1 millones de barriles de petróleo equivalente por día, una caída del 6,1 por ciento respecto del año anterior.
ExxonMobil obtuvo resultados que parecerían similares a los de BP. En la superficie, la compañía texana registró ganancias de 8,78 mil millones de dólares, superando las estimaciones previas realizadas por analistas. Esto fue resultado de un buen desempeño de la unidad Upstream de ExxonMobil, cuyas ganancias crecieron un 25 por ciento. Pero al mirar en profundidad no todo es tan bueno como parece. Sus ganancias aumentaron debido a los mayores precios del petróleo a nivel mundial, lo que representa un adicional de 580 millones en ingresos. Y también obtuvo 1,2 mil millones de una vez, por la venta de activos.
Los números de producción de Exxon son muy negativos. La compañía anunció que su producción total de líquidos se redujo en un 5,7 por ciento. La producción de gas natural también bajó considerablemente, con lo que su producción mundial total bajó a 3.84 millones de barriles equivalentes de petróleo, el total más bajo en años. El precio de las acciones de la compañía ha rendido bien durante mucho tiempo debido a los crecientes precios del petróleo y la agresiva recompra de acciones y dividendos, pero la declinación de la producción es una señal más que preocupante.
Chevron informó que sus ganancias trimestrales subieron un 5,6 por ciento respecto del segundo cuatrimestre del año pasado, alcanzando los 5.67 mil millones de dólares. Estos números también superaron las estimaciones de los analistas, pero el rendimiento mejorado proviene de la suba de los precios del petróleo y la venta de activos. Chevron obtuvo 1300 millones de dólares por la venta de activos en el Chad y Camerún. Sin embargo, su producción también disminuyó, aunque en una proporción mucho menor que otras compañías. La producción total se redujo de 2,58 millones de barrilles por día el año pasado a 2,55 millones de barriles por día en el segundo cuatrimestre del 2014.
ConocoPhillips publicó quizás los resultados más optimistas en comparación con las otras grandes petroleras. Sus ganancias aumentaron ligeramente, pasando de 2,05 mil millones de dólares a 2, 08 mil millones. Pero los números de la empresa son mucho más sólidos. De hecho, su producción aumentó respecto al año anterior debido al desarrollo de petróleo y gas no convencional en los Estados Unidos. ConocoPhillips está perforando en las formaciones Bakken y Eagle Ford, lo que permitió a su producción dar un salto del 38 por ciento. A nivel mundial, la producción total subió un 6,5 por ciento.
Royal Dutch Shell presenta una situación diferente. La empresa fue noticia a principios de este año cuando reportó sus números de 2013, que mostraban aumento de los costos y disminución de la producción. El nuevo CEO de Shell se comprometió a ceder proyectos de alto costo, y dadas las últimas cifras, los primeros resultados parecen mucho mejores. Sus ganancias en el segundo trimestre aumentaron un 33 por ciento en comparación al año previo, alcanzando los 5,15 mil millones de dólares. Esto fue resultado de un enorme incremento del 127,3 por ciento en las ganancias de su unidad de exploración y producción. Esta impresionante cifra de crecimiento se debió a los mayores precios del petróleo, la reducción de costos, y un sorprendente aumento en la producción de sus activos en el Golfo de México. Pero Shell aún debe enfrentar grandes obstáculos (anotó casi 2 mil millones en activos estadounidenses de shale) y está en medio de un programa masivo de desinversión de 15 mil millones de dólares, que a largo plazo podría reducir los costos, pero también la producción.
Total informó resultados preocupantes. Sus ganancias para el segundo trimestre se redujeron en un 12 por ciento respecto al año anterior, y su producción total de petróleo y gas alcanzó un mínimo histórico. La producción de la empresa francesa cayó un 10 por ciento, llegando solo a 2 millones de barriles por día. Sus negocios Downstream han sido afectados, ya que los márgenes son estrechos en Europa debido al exceso de capacidad, y la compañía se ha embarcado en un programa de reducción de costos.
En su conjunto, las grandes petroleras reportaron noticias mixtas. Mientras que unas pocas – ConocoPhillips, BP, Shell – publicaron mejores números que sus pares, la tendencia en la industria es clara. En los últimos años, las grandes compañías petroleras se han extendido demasiado. Los gastos de capital han estado fuera de control y los costos han subido significativamente.
Algunos ejemplos:
• La campaña de perforación del Ártico de Royal Dutch Shell ha costado a la compañía más de $ 6 mil millones durante la última década, sin una sola gota de petróleo producido.
• El campo petrolero Kashagan, en el Mar Caspio, que es una operación conjunta entre ExxonMobil, Shell, Total, Eni, y el gobierno de Kazajstán, es considerado como una pesadilla. Tiene un costo de más de $ 50 mil millones, y ha sufrido años de retraso.
• El Proyecto Gorgon LNG de Chevron en Australia se ha enfrentado retrasos y sobrecostos. El mayor proyecto de recursos naturales en la historia de Australia hasta el momento ha costado $ 54 mil millones, un 45 por ciento por encima del presupuesto original.
Los altos gastos de las empresas estarían justificados si la producción se expande proporcionalmente, pero según todos los indicios, la producción está amesetada.
Por otra parte, muchas de estas empresas tienen perspectivas sombrías para el crecimiento. Sus activos de petróleo y gas están envejeciendo, y casi todos ellas están luchando para encontrar nuevos proyectos prometedores. Aunque los precios del petróleo podrían subir aún más en los próximos años, la evidencia sugiere que cualquier aumento significativo de los niveles actuales conduciría a que los consumidores comiencen a utilizar menos petróleo.
Por otro lado, en algún momento, el valor de estas empresas comenzará a disminuir a medida que los fundamentos subyacentes se vuelvan demasiado obvios como para ignorarlos.
Eso deja sólo una opción, deshacerse de activos y reducirse a un nivel más manejable. Casi todas estas empresas se están deshaciendo de activos, en lugares lejanos y difíciles de manejar. Esto les permitiría centrarse en inversiones más estables y predecibles, lo que facilita mantener los costos en línea con las expectativas.
Estamos en una interesante encrucijada en el sector petrolero. Después de años de crecimiento, la estrategia de cara al futuro seguramente será centrarse en la rentabilidad, que probablemente implicará operaciones más magras y gastos de capital más bajos.